Oferta de empleo: Se busca mujer de 40 años, fea, gorda y embarazada

Seguro que un titular como este habrá resultado chocante para muchos lectores. Muchos os habréis preguntado para que necesito a una mujer fea, gorda y embarazada ¿Para que va a querer a una mujer de 40 años, fea, gorda y embarazada?.

Lo único que pretendo es acreditar que quizás, si hubiera utilizado un mensaje del tipo: Se busca chico de entre 20-25 años de edad, no necesaria experiencia. Imprescindible buena presencia

¿Extrañaría tanto? ¿Resultaría tan chocante?

Hace poco tiempo, el jefe de tienda de «American Apparel» envió una nota al portar gawkner.com.

En la tienda American Apparel ser feo es casi un delito. Al menos, es una razón válida para despedir a sus empleados. Así lo hizo saber un jefe de tienda de dicha empresa mediante una nota anónima que envió al portal gawkner.com, según la cual, Dov Charney, el creador de la marca American Apparel, había solicitado a las tiendas que tengan las peores ventas que le envíen las fotos de sus trabajadores. “Hizo que los responsables de las tiendas de todo el país fotografiasen a los vendedores para que él, personalmente, pudiese juzgar a la gente basándose en su aspecto”

Los requisitos que se solicitan son de lo más variopintos y no tienen nada que ver con la cualificación para el cargo, que puede incluso venir omitida en la oferta. Entre otros:

– Edad: (Se prefiere la juventud a la experiencia para «moldear»)
– Estado civil: Se prefiere al Soltero sin cargas familiares que al casado con hijos a cargo, aunque el casado soltero puede ser seleccionado antes que el soltero en determinados puestos. Tener hijos es un problema. Si no se tienen hijos y se es mujer puede ser motivo de rechazo en ciertas edades (30-35 años).
– Sexo: Mujer que pueda quedar embarazada puede ser un problema aunque para bares de copas se suele preferir a una chica joven, guapa y atractiva antes que a un hombre.
– Vehículo propio: Como herramienta de trabajo o para desplazarse a él.

También pueden pedirte que envies curriculum vitae donde es imprescindible adjuntar foto reciente. De tapadillo, lo que se intenta saber a través de la foto es el sexo, raza, edad y por supuesto aspecto.

No oportar cualquiera de estos datos o que no cuadren con el perfil que se busca puede suponer ser descartado de forma inmediata. Además, nombres no traducidos o traducibles, como Mohamed (el más común del mundo pero no en España) pueden suponer ser descartados totalmente aunque sea Español de los más castizos, hijo de padres españoles que les haya encantado ese nombre «Mahoma» porque se han convertido al islam.

Existen algunas discriminaciones más que sólo aparecen cuando se da la entrevista personal y que, a mi juicio, pueden ser más dolorosas: Ser enanito, marica, afeminado, transexual, tartamudo, tener un tick, alguna minusvalía menor o mayor, signos externos de Sida, etc.

Es curioso porque sólo se denuncia o conocen casos de mujeres por embarazo, transexuales o gordos, pero parece algo más grave de lo que es en apariencia.

En mi opinión, la petición de cualquiera de estos requisitos supone una vulneración flagrante de la Constitución, al establecer en el mismo: «Nadie puede ser discriminado por razón de raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra circunstancia personal o social»

Asimismo, el Estatuto de los trabajadores en su art. 4.2 establece «c) A no ser discriminados directa o indirectamente para el empleo, o una vez empleados, por razones de sexo, estado civil, edad dentro de los límites marcados por esta ley, origen racial o étnico, condición social, religión o convicciones, ideas políticas, orientación sexual, afiliación o no a un sindicato, así como por razón de lengua, dentro del Estado español.
Tampoco podrán ser discriminados por razón de discapacidad, siempre que se hallasen en condiciones de aptitud para desempeñar el trabajo o empleo de que se trate.»

Gracias a la protección por discriminación se puede anular una causa de despido aunque es algo harto difícil de demostrar. El despido nulo hace que el despido se tenga por no realizado y el trabajador vuelva a su puesto de trabajo en las mismas condiciones que estaba y como si este nunca se hubiera producido, recibiendo los salarios que hubiera dejado de perseguir. Al final, lo máximo que podemos conseguir es nada, al no renovarse el contrato o que el despido se considere improcedente con lo que corresponderia unicamente una indemnizacion en función a los años que hubiera trabajado en la empresa.

– En todo caso no se puede hacer mucho o nada contra quién no te contrata por ser feo, porque no vas a poder demostrarlo y como hemos visto, tampoco se puede hacer mucho si son circunstancias sobrevenidas, porque es muy complicado llegar al fondo.

El art. 9.2 de la Constitución dice que «Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social»

En base a ello, se ha introducido la discriminación positiva en cuanto elemento positivo de relación entre los ciudadanos o los ciudadanos con la Administración. Es decir, probablemente alguien que tiene problemas en una cadera que le produce cojera puede ser tan buen teleoperador como alguien que no tiene esa tara por lo que tanto un cojo como alguien que no lo sea deberían tener la misma facilidad o dificultad para acceder a ese puesto de trabajo. Sin embargo, como tenemos la naturaleza y el fondo que tanto nos caracteriza a los humanos y que no se da en ninguna otra especie animal, eso no se produce de forma natural.

Los poderes públicos, por tanto, utilizan una serie de incentivos encaminados a facilitar la contratación de las personas con algún tipo de tara física o mental, de forma que realmente, se compite en igualdad de condiciones.

¿Que se puede hacer con el resto de discriminados? Pues no se puede incentivar estos contratos ni gravar la contratación de guapos con lo que el asunto se pone muy difícil. Para mí, la única salida es obligar a que se contrate desde el Inem y que se obligue a las empresas a tener al trabajador, al menos, el periodo de prueba. Esto fastidiaría muchisimo a los empresarios que quieran contratar a sus hijos o personas con cargos relevantes que quieran enchufar a familiares. Además, sólo garantiza tener 1 oportunidad, que habrá que ganarse a fuerza de trabajo porque tampoco se puede hacer mucho más.

Seguro que hay más de un empleador/a que va a ver pasar a un millón de chicos/as antes que contratar a un feo/a, pero cuando empiece a costarle el dinero quizás no sea tan selectivo ni tan exigente.

De todas maneras, hoy día, los Servicios de Empleo dejan mucho que desear. Si encima se hicieran las contrataciones a través de ellos cualquiera sabe que ocurriría. Hoy en día se les envían todos los contratos, muchos de ellos en concadenaciones ilegales y no mueven 1 sólo dedo ni hacen nada.

Por otra parte, entiendo que el hecho de que el Inem seleccione a personas por ti no va a acabar con el enchufe si no que modificaría su autoría. Además, es penoso que se tenga que llegar a la situación de que sea la Administración la que tuviera que realizar las entrevistas de trabajo, cuando es cuestión unicamente de responsabilidad y tener dos dedos de frente.

A mi, particularmente, es algo que siempre me ha producido una fuerte conmoción y me da mucha pena que no se pueda hacer nada. Vivimos en una sociedad donde la imagen prima sobre la persona. Veremos a ver si ante tanto paro y desesperación, no se queda más de uno en un quirófano para poder ganarse el pan de su familia.

Hace poco, mi mujer me comentaba que un conocido personaje público «Belen Esteban», se veía obligada por ánimo de sus compañeros de trabajo y por incentivo de estos a hacerse una bateria de operaciones que consideraba necesarias para «trabajar en público» ya que «la imagen en televisión es muy importante».

Voy a recitar otro artículo de nuestra Constitución: «Todos tienen derecho a la vida. Nadie puede ser sometido a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes» Y es que las palabras y los gestos no solo duelen si no que, a veces, también matan.