jump to navigation

Posesiones demoniacas. 17 septiembre 2010

Posted by rcalber in Ciencia y Tecnologia, Curiosidades, Filosofia, General, Psicologia/Psiquiatria.
trackback

Todos lo conocemos por la famosa frase que se le atribuye de «no estoy de acuerdo con lo que dices pero defendería con mi vida tu derecho a decirlo».

François Marie Arouet, alias Voltaire, fue un escritor, historiador, filósofo y abogado francés que figura como uno de los principales representantes de la Ilustración, un período que enfatizó el poder de la razón humana, de la ciencia y el respeto hacia la humanidad.

Voltaire fue un ferviente opositor de la Iglesia católica, símbolo según él de la intolerancia y de la injusticia. Voltaire se conviertió en un modelo para la burguesía liberal y anticlerical y en la pesadilla de los religiosos.

Toda la obra de Voltaire es un combate contra el fanatismo y la intolerancia. Así, llegó a afirmar que «Entendemos hoy en día por fanatismo una locura religiosa, oscura y cruel. Es una enfermedad que se adquiere como la viruela»

Dicen que antes de morir, un clérigo le preguntó ¿Rechazas a Satanas?. A esto, Voltaire le contestó con una frase muy ingeniosa que pasaría a la posteridad. “Ahora, ahora mi buen hombre, no es momento de hacer enemigos”

Imagino que tras sus antecedentes, muchos lectores lo tomarán como una ironía bastante simpática para alguien que está al borde de la muerte y puede que fuera así, sin embargo, tan solo 4 días antes de morir escribió una nota que rezaba: «Yo, el que suscribe, declaro que habiendo padecido un vómito de sangre hace cuatro días, a la edad de ochenta y cuatro años y no habiendo podido ir a la iglesia, el párroco de San Sulpicio ha querido añadir a sus buenas obras la de enviarme a M. Gautier, sacerdote. Yo me he confesado con él y, si Dios dispone de mí, muero en la santa religión católica en la que he nacido esperando de la misericordia divina que se dignará perdonar todas mis faltas, y que si he escandalizado a la Iglesia, pido perdón a Dios y a ella»

Yo me siento muy identificado con este filósofo porque mi razón me indica que Dios es un invento del hombre, animal único capaz de comprender el hecho de la vida y de la muerte, como una herramienta psicológica para poder afrontar el destino final de todo ser vivo. Sin embargo, pensando con el corazón soy creyente aunque no puedo aportar ninguna razón válida para apoyarme en estas creencias.

En mi vida cotidiana, no tengo ningún reparo en negar la existencia de Dios pero no hay nada mejor que una experiencia traumática o límite para que rcalber se ponga a rezar como el mayor de los creyentes.

Algo así pasa con el fenómeno de la posesión demoniaca que provoca en quien supuestamente la padece síntomas como la aversión a lo sagrado, enfermedades sin causa aparente, manifestaciones sobrenaturales como hablar o entender lenguas desconocidas por el sujeto, cambios vocales y faciales, hacer patente sucesos distantes y ocultos, fuerza sobrehumana y heridas y cicatrices «espontáneas».

Con todo mi corazón me encantaría que estos fenómenos fuesen ciertos, sobre todo cuando se señalan a psiquiátras y psicólogos, que supuestamente no comprenden lo que ocurre, para dar cierto halo de credíbilidad a tales acontecimientos, porque si existen los demonios también exitiría Dios, lo bueno y lo malo, como la noche y el día, sin embargo, para acercarnos a la verdad es mejor hacerlo con la razón que con el corazón.

El propio sacerdote católico Corrado Balducci reconoce que sólo resulta verdadero uno de cada mil casos de los que se hace cargo la Iglesia católica. No obstante, reconoce haber presenciado casos en que los posesos «emitían gritos que no eran humanos, vomitaban objetos y animales que nunca habían tragado, demostraban una fuerza que ni diez personas lograban contener, volaban por la habitación, aumentaban de repente hasta ocho veces de peso o rugían como energúmenos cuando se les acercaba algún símbolo sagrado»

En principio, parecería que la Iglesia sugiere a los exorcistas desconfiar primero de una intervención diabólica y derivan estos casos a los psiquiatras y muchos de ellos, después de descartar que no se trata de algún trastorno mental, los vuelven a remitir al ámbito religioso.

Lo cierto es que la práctica psiquiátrica tiene respuesta para esto. La posesión demoniaca es reconocida como un diagnóstico psiquiátrico por el DSM-IV y el ICD-10 como el desórden de trance o posesión o síndrome demonopático de doble personalidad.

Dejando de lado otras consideraciones al ámbito de la discusión teológica, algo que no es verificable en la exploración médica, los síntomas que determinan este diagnóstico son aquellos por los que los pacientes sufren una alteración temporal de la conciencia o de la identidad habitual siendo esta suplantada por otra. Llos agentes que realizan la posesión suelen ser seres sobrenaturales, dioses o demonios, que exigen la realización de determinados actos al poseído. Los estados de posesión son seguidos de amnesia. Otros estados de trance tienen un carácter agudo y cursan con parálisis, aumento de la fuerza muscular o del umbral doloroso.

Los grandes ataques que sufren, en los que se revuelcan por los suelos, pueden ser ataques epilépticos y en ellos el sujeto pierde la conciencia. Cuando el poseso pierde su personalidad transformándose en un presunto Ente demoníaco, se trata de una crisis histérica. Grita, se contrae, hace obscenidades, injuria y habla un lenguaje que no se puede entender.

En las neurosis histéricas, el sujeto puede ser actor y espectador del drama. Lo que sucede, la escena, se gesta en el interior oculto de su mente. Se produce una disociación y el sujeto vive, literalmente, dos personalidades. Cuanto hace el presunto poseso, auténtico neurótico, corresponde a una constitución psicosomática definida.

Es cierto que existen casos en los que el psiquiatra autoriza un exorcismo pero no es debido a creencias religiosas. El síndrome puede tener su origen en la toma de estupefacientes, como el LSD, o tambien en la propia sugestión del paciente.

En este último caso es en el que, a veces, se autorizan los exorcismos como elemento para revertir esta sugestión, en un paciente sugestionable que cree que no se trata de una enfermedad si no de una verdadera posesión.

La fórmula de exorcismo no la menciono Cristo, ni dijo que se tuviera que decir en latín, inglés o arameo. Es una fórmula que alguien inventó en 1614 y que debe servir para exorcisar a todos los humanos sea cual sea la religión en la que creen o profesan y los demonios a los que temen.

Así, el sacerdote se dirige al paciente y le dice en latín: «Exorciso te, immundissime spiritus, omnis incursio adversarii, omne phantasma, omnis legio, in nomine Domini nostri Jesu Christi. Eradicare et effugare ab hoc plasmata Dei. Ipse tibi imperat, qui te de supernis coelorum in inferiora terrae demermergi praecipit» (Yo te exorcizo, espíritu inmundo, toda incursión del adversario, todo espectro, toda legión, en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo. Despréndete y huye de esta criatura de Dios. Te lo ordena aquel que te hizo precipitar desde lo alto de los cielos a las profundidades de la tierra)

Con esta frase, se supone que el espíritu maligno lo pasa francamente mal y decide marcharse por las buenas, como en toda pseudociencia como es la parapsicología, con un nivel de eficacia de a veces si y otras no.

Como dice Punset, quizás deberiamos preocuparnos más por la vida antes de la muerte que por la vida después de la muerte, sabiendo disfrutar de los momentos que pasamos con nuestra pareja, hijos, amigos y otros familiares.

Comentarios»

1. dralvarado - 17 septiembre 2010

Muchos médicos y/o hombres de ciencia logramos vivir entre la línea científica y la religiosa. Sin la discusión que si una cierta y la otra no. Al fin y al cabo es fácil filosofar.

2. ARISTIDES - 18 septiembre 2010

No se puede afirmar que Dios creó el mundo (¿cómo demostrarlo?. Es un acto de Fe), pero sí que el Hombre crea y transforma cosas.

Personalmente me interesa poco Dios. Me importa más el Ser Humano, condición de la que formo parte y que me hermana con los 6 millones de personas que huellan el planeta. Por otra parte, los interrogantes a las preguntas transcendentales para las que no hay respuesta los enmarco dentro de nuestra ignorancia actual, pero no como designios de Dios.

Ahora, si me preguntas si soy religioso no importándome la existencia de Dios. Te diré que es probable que mi religión sea la del dios del dinero y la del consumo. Pero esa es otra historia.

3. Viernes de economía y mercados « Web donde DROBLO escribe y comparte lecturas… - 29 octubre 2010

[…] son apuestas (¿lloverá hoy, me la juego a hipoteca fija o variable?). El otro día Rcalber en su blog recordaba la anécdota de cuando Voltaire, ateo y anticlerical, poco antes de su muerte se confesó […]


Deja un comentario